El 25 de noviembre - como todos sabemos - es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Antes de continuar, quiero dejar muy
claro, que estoy contra todo tipo de violencia – ya sea verbal o física, - e
indistintamente de cuál sea el sexo, tanto del agresor como el de la víctima.
Es por consiguente que condeno, rechazo y repudio cualquier acto violento.
Es un hecho innegable de que existen
personas, víctimas, sufriendo esta lacra social, debido a muchas y muy diversas
causas. Pero yo no os voy hablar de todas estas víctimas que hay. Porque de ese
fin – el de informar de las víctimas de la Violencia de género – ya se encargan
los grandes medios de comunicación.
Pero en esta ocasión, os quiero
hablar de las otras víctimas y dejar constancia de que hay otras muchas
personas sufriendo esta LEY MAL LLAMADA DE VIOLENCIA DE GÉNERO. Os quiero
mostrar otra perspectiva – lo que muchos afectados llaman o denominan , LA OTRA
REALIDAD – Y YO AÑADO “SILENCIADA” [Por diferentes motivos].
Estas otras víctimas son – y somos -
como se dice en el argot militar “los daños colaterales” y aunque no salgan en
los medios de comunicación ni se habla de ellas como de las víctimas de
violencia de género. #EXISTEN y #EXISTIMOS.
Hoy me voy a quitar la máscara y me
voy a desnudar. Porque yo soy una de esas víctimas – daño colateral - y,
también, me siento desprotegida ante esta MAL LLAMADA LEY DE VIOLENCIA DE
GÉNERO.
¿Os preguntaréis porque me siento
desprotegida?
Por que, no tengo los mismos
derechos – ni oportunidades - que las víctimas que sí denuncian, ya sea verdad
o mentira esa denuncia. Me vengo a referir – concretamente – no tengo el mismo
beneficio de la duda que la víctima, o presunta víctima. No puedo expresar
libremente mi descontento ni mi rabia ni mi impotencia ante todas las
injusticias que hacen al hombre. Porque cuando comento o esgrimo algun argumento
en contra de esta nefasta y anticonstitucional ley se me quedan mirando con
cara como si fuese una extraterrestre o dijese algo fuera de lugar. Con cara de
escepticismo.
A continuación os voy a mostrar,
enumerar y comentar – en 4 grandes bloques – para que os hagáis una pequeña
idea de todo lo que conlleva sufrir y padecer esta ley:
1. A Nivel Salud física: Infartos,
problemas de tensión (ese es mi caso, la tenía habitualmente baja y desde que
soy daño colateral, la tengo actualmente bastante alta; después de 2 ó 3 tomas,
ya se me normaliza un poco). Arritmias, etc,..
2. A Nivel Psicológico: Depresión –
yo no la he llegado a tenerla, pero gente de mi circulo más íntimo, sí.
Tristeza, rabia e impotencia. Trastorno emocional por el entorno – esto último
sí lo he padecido y ocasionalmente, por momentos lo continuo sufriendo.
Conjuntamente con otros muchos más episodios, que resultarían muy largos de
explicar y enumerar en esta entrada.
3. A Nivel Jurídico y legal: En este
apartado – hasta que no te ves aquí metido no eres consciente de todos los
atropellos, barbaries y desigualdades, que se comete diariamente en nombre y
bajo la aparentemente bienintencionada Ley de Violencia de Género. Este
apartado también es muy largo de explicar. Simplemente os diré que al hombre –
desde la entrada en vigor de esta ley [28 de diciembre de 2004] – se le ha
quitado de un plumazo la presunción de inocencia y se incumple diariamente el
Art. 14 de la C.E. (Constitución Española].
4. A Nivel Social: Como ya he
mencionado, anteriormente, no puedes expresarte libremente como quisieras o
sientes, en ese momento, porque se te echarían encima y te tacharian de
“machista”, “Paranoico” u “Obsesionado” No obtienes la misma respuesta,
comprensiva y de ayuda, que obtendría la víctima o presunta víctima de
Violencia de Género. Ni tampoco tienes las mismas ayudas, ni a nivel de
prestaciones económicas ni soporte a nivel judicial, ni medico ni psicólogico
[entre otros muchos aspectos, largos y díficlles de enumerar y explicar en una
sola entrada].
En definitiva, solo pretendo que
todos – ciudadanos y administraciones públicas – seamos un poco más conscientes
y sensibles con esta “otra” realidad, que aunque no se hable de ello
abiertamente en público, sí existe.
Para finallizar, quiero mostrar mi
más sincero cariño, apoyo, solidaridad y afecto a todos los hombres y sus
familias, que han sufrido, sufren y sufrirán - hasta que no se consiga una
nueva Ley de violencia Intrafamiliar [para que contemple y proteja a todas las
víctimas] esta nefasta ley actual.
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