Dedicatoria:
Entrada dedicada a todos los
buenos padres y hombres que hayan pasado, esten pasando o pasarán una sola hora encarcelados
siendo inocentes.
En
esta ocasión pretendo mostraros una parte – por suerte o por desgracia, depende
como lo interpretemos, – poco conocida o comentada, ya sea en los grandes
medios de comunicación y por la sociedad en su conjunto, los vis – a – vis.
Los
vis – a – vis, son unas visitas familiares con los internos, hay otros tipos de
vis – a – vis, que llaman íntimos y están destinados a las parejas.
Pero
antes de empezar a explicaros el funcionamiento de estos encuentros con el
penado, quiero compartir una frase, que me dijo una trabajadora social, que
pienso que es muy clarificadora de todo el proceso que vive el penado, así como
todo su entorno más próximo. La frase es la siguiente: “No solo cumple condena el que
está adentro, sino los que estan afuera”. Aunque parece muy simple y no
nos queramos –o seamos plenamente conscientes– dar cuenta, [los familiares y/o
el entorno más próximo al preso], es una obviedad muy simple y en muchas ocasiones
nos pasa, casi, desapercibida.
Una
vez expuesta y compartida esta frase, que para mí fue muy reveladora. Os
contaré, brevemente, el funcionamiento de los vis – a – vis familiares. Así
como los diferentes sentimientos que pueden aflorar.
Tras
un período y proceso allí dentro, el preso tiene una seríe de “beneficios”. Uno
de ellos, es el beneficio a comunicaciones y visitas –evidentemente– controladas
y supervisadas por los funcionarios de prisiones – con sus familiares y amigos.
Para poder acceder o a que te concedan estos vis – a –vis familiares hay que
seguir un procedimiento – que viene establecido desde la dirección del centro –
que es el siguiente:
- El interno tiene que hacer una instancia y hacer una lista – máximo (aproximadamente) de 10 personas para comunicaciones normales – a través de cristal, que es otro tipo de comunicación, y para los vis – a – vis familiares.
- La Dirección de prisión debe aprobar dicha lista.
Si
son familiares directos (padres, hermanos, etc,…) – en principio - no hay problemas. Si no son familiares
directos, o son amigos, tienen que comunicar un mínimo de tiempo, antes de
acceder a los vis-a-vis junto con los familiares. Todos estos procedimientos se
han de cumplir e indespensablemente –siempre– se ha de acreditar con la
documentación correspondiente, que suele ser, DNI, PASAPORTE O PERMISO DE
CONDUCIR, ETC,…
Una
vez aprobados los familiares directos y/o amigos, éstos, a través del REO
tienen un calendario de visitas.
Habitualmente
los vis-a-vis familiares suelen ser 2 al mes.
El
día de visita con el interno, suele desarrollarse de la siguiente manera:
-
Deben
someterse a 3 controles o cacheos. El 1ª es mostrar el DNI - a través de una
ventanilla o primera puerta de aceso- y dar los datos del preso.
-
El
2º control, es volver a mostrar el DNI y pasar por el 1er arco y detector de
metales , como los que hay en los aeropuertos y/o juzgados. Además de volver a
repetir los datos del interno.
-
El
3º y último control –una vez se es conducido al lugar donde se llevará a cabo
el encuentro con el preso– es otro arco y detector de metales. Aquí te hacen
levantar los brazos y todo.
Has
de seguir todas las instrucciones –de los funcionarios de prisiones- tal y como
te indican para que no haya ningun incidente o contratiempo.
La
duración de los vis – a – vis familiares suelen ser de entre 1’30 a 3h
aproximadamente.
Los
encuentros suelen desarrollarse en una habitación –como si fuese una salita de
estar-. Con 4 ó 5 sillas y una mesita, normalmente, en el centro. Contiene,
además, una cama. Para cuando allí se puede llevar a cabo un vis – a – vis
íntimo o de parejas.
Los
familiares no pueden introducir nada del exterior. No pueden llevarle nada de
afuera. Todas las pertenencias personales, que llevan los familiares quedan en
una taquilla, Como las que hay en los supermercados.
En
estos encuentros puedes hablar con el
interno, como si estuvieses en el salón de casa. Pero teniendo en cuenta que
afuera están los funcionarios de prisiones.
Los
sentimientos que afloran son muy diversos. Por un lado, ilusión -de
reencontrarte con tu familiar y/o amigo-.
Nerviosismo y expectación –porque nunca sabes como te vas a encontrar al preso,
ni lo que te va a contar y todo lo que conlleva alrededor-. Pena, tristeza y
rabia –por todo lo negativo de la situación-.
Para
finalizar y a modo de conclusión final y colectiva: “Desgraciadamente, quizás, todos
podamos vernos en una situación así. Por lo tanto, seamos más conscientes y
comprensivos con este colectivo. Porque no todos los presos son iguales ni tan
malos”. Además, no todo –siempre– es como nos lo quieren vender ni
pintar en tv y en prensa.
Reflexión
final “Las personas son más importantes que las cosas”.
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